El recorrido arquitectónico realizado por Arne Jacobsen puede iniciarse, quizá con el el último gran proyecto del Neoclasicismo nórdico. La jefatura de Policia de Copenhague, realizada por Hack Kampmann entre los años 1919 y 1924.
Esta obra resulta especialmente significativa en el mundo académico de la época. En su elaboración Kampmann, por entonces profesor de la Escuela de Arquitectura, se rodeó de estudiantes y jóvenes arquitectos (como Aage Rafn) a los que este bello edificio sirvió de formación, volcando su entusiasmo de forma decisiva en la definición de hasta sus más íntimos detalles.
El exterior escueto contrasta con un interior: “teatral” de claras referencias clásicas; pero que no sólo fueron entendidas como “fuente de inspiración ideal” sino, además con una exigencia suplementaria: un estricto cumplimientos de sus proporciones canónicas. Lo demuestra el patio circular central- de idénticas dimensiones al Panteón romano- o al espacio rectangular extremo, clara alusión al patio de la casa pompeyana, final del eje de simetría del proyecto. La composición lleva su lógica hasta el límite de la manzana de planta trapezoidal en una clara voluntad de integración en la trama urbana.
